Pensamientos selváticos
manueltorralba | 3 juny 2017Eran las 3 de la mañana cuando nos despertaron los gritos de un niño. Como de costumbre, yo era quien salía para explorar gracias a mi forma y aspecto físico: de un tiburón grande, robusto, experimentado, con más heridas de guerra que el mayor de los depredadores. Me sentía poderoso, en lo máximo de la cadena alimenticia, por eso ejercí el cargo de primer explorador, el que investigaría cualquier ruido y defendería cualquier ataque. Para mi sorpresa, no encontré nada; lo único que vi fue una sombra aterradora alejarse por la selva. Debo decir que eso me asustó, pero no fue nada más que un poco de adrenalina que fluía por mi cuerpo. Me calmé, bebí agua, comí y me fui a dormir otra vez.
Al día siguiente, a las 3 de la mañana escuché un llanto, esta vez era de un bebé. Pegué un brinco y salí lo más rápido para investigar pero esta vez no vi ni la sombra. Asentí la cabeza y encontré una nota; parecía antigua, de papel basik*, con las puntas superiores dobladas y las inferiores quemadas, en el centro había unas letras desordenadas de esta forma “adcalcempiteca”, decidí ordenarlo y encontré su significado: “a capite ad calcem” es decir, de la cabeza a los pies. No logré comprender de qué se trataba, ¿Un acertijo? ¿Una marca divina? ¿O simplemente alguien gastando una broma? Aunque, si fuera alguien: ¿Quién perdería tiempo o arriesgaría su vida solo para molestar a unos exploradores? Muchas preguntas sin respuesta saqué en una hora y ninguna me encajaba. Decidí que lo mejor sería dormir y así lo hice.
La mañana de ese mismo día decidí poner una pequeña trampa, para eso puse unos hilos a cien metros del campamento, así cuando llegara, estar listo para averiguar de qué se trataba. En efecto, esa misma tarde-noche los hilos empezaron a sonar, los pájaros a hacer como una especie de sonido, de dolor, con forma escalofriante. Acto seguido los árboles empezaron a agitarse cada vez más y más fuerte. Me pareció extraño porque los otros días no había tanto caos. De repente se hizo un silencio y vi una criatura abrumadora, terrorífica, la verdad; todos los adjetivos se quedaban cortos para describir eso que tenía ahí delante. Me quedé paralizado, notaba que el miedo me dominaba. De repente desapareció dejando todas las plantas muertas a su paso, resultaba escalofriante presenciar como un ser mataba a todo bicho viviente con sólo pasar por su lado.
Me desperté y me encontré en el hospital con muchos cables por todo mi cuerpo, a mi izquierda vi una therac-25**. No entendí porque eso estaba en la misma habitación que yo. No entendía muchas cosas.
Me volví a dormir y me desperté en otro sitio diferente, un sitio oscuro. De repente alguien encendió la luz y vi que estaba en mi propia casa pero en otra cama, una cama cómoda por eso. Pensé que debería salir de la cama y así lo intenté pero no pude, no pude levantarme. Estaba inmóvil.
*Papel que se usa para dibujo y raras veces para escritura
** Máquina para curar el cáncer u otras enfermedades que por un error de software mató o dejó con problemas por su exceso de radiación (demasiada cantidad de electrones) a 6 millones de personas entre el 1855 al 1857